miércoles, 27 de junio de 2007

Bla, Bla, Bla, Bla

Ciudadano Ubú, pide la venia y la palabra

Como estaba previsto, parece que la opción de la concentración de ciudadanos para agasajar a los delegados de Ciudadans a la entrada del congreso queda convocada a las puertas del Hotel Hesperia de Hospitalet a las 9:30 de la mañana del sábado, pero a partir de las nueve ya estarán en el lugar algunos de los organizadores repartiendo octavillas. Y de paso, que se vea en todos los medios de comunicación como son recibidos los dirigentes de este partido, exactamente como se merecen.

También se convoca a todos los ciudadanos que hayan votado por nuestro partido y que consideren que han sido defraudados, a una gran fiesta ciudadana, que será la que se celebrará el próximo sábado 30 de junio. Recordad la zanahoria, es importante para el recuerdo la imagen de cientos de personas levantando una zanahoria con la mano izquierda, al paso del Cesar Rivera y su corte, aunque realmente en su patetismo, recuerde más al último emperador.

Este espectáculo será digno de la historia de nuestro partido, que comenzó siendo la gran esperanza para este país agotado políticamente, la fuerza que iba a hacer frente al nacionalismo depredador, la ilusión de más de 90.000 ciudadanos, y se ha quedado en una “joint venture” de aficionados a la poltrona y a la utilización de los anhelos de los demás, en su propio beneficio. No hay derecho, son unos sinvergüenzas, se han cargado nuestro partido y nuestra esperanza por sus malditos deseos de grandeza y ambiciones de acomplejados.

En cuanto a las alternativas que se presentan, la de Luis Bouza-Brey, la de Julián de Fabián, y la que parece que se está configurando a la sombra de Antonio Robles, los miembros de la corriente zanahoria no tenemos claro a que viene tanto lío. Las cosas están suficientemente claras, hay una candidatura que representa lo que no es Ciutadans: la de Albert Rivera y su gente; y solo puede haber otra alternativa que lo pueda representar tal como realmente es, la de todos los demás, unidos contra los traidores al proyecto de Ciutadans.

Mientras Albert Boadella, que parece apoyar la candidatura de Luis Bouza-Brey, no se manifieste por sí mismo, diciendo realmente lo que piensa sobre lo ocurrido en Ciutadans, alto y claro, como acostumbra, Ciudadano Ubú seguirá esperando, hasta el último instante en que se pueda presentar una candidatura, que por cierto ya está configurada.

Si Albert Boadella no habla, será que este proyecto ya no le interesa, si lo hace apoyando la candidatura de Luis Bouza-Brey, la corriente zanahoria se pondrá al servicio del profesor Bouza desde ese mismo instante; pero si Albert Boadella, quiere realmente contemplar lo que queda del espíritu ciudadano del Tívoli, contra viento y marea, contra lo que haga falta, contra la estupidez, que nos muestre su confianza; triunfar no triunfaremos, pero os aseguro que nos vamos a divertir de lo lindo, y si el proyecto del niño (-que ya no es ciutadans, es otra cosa que nada tiene que ver-) se acaba en ese instante, mejor para todos.

Boadella tuvo un sueño, y Ciudadano Ubú, y la gente más maravillosa de Ciutadans, la que forma parte de la corriente zanahoria, estamos dispuestos a estrellarlo contra la realidad, ahora mismo, sin más limitación que la imaginación, con toda la fuerza de todos los que realmente creímos y creamos ciutadans, lo más auténtico de este partido.

Maestro Boadella, dinos que lo hagamos y lo haremos, verás lo que es torear, porque solo los que tiemblan ante el astado saben soñar, mientras concluyen finalmente con la bestia; no es que seamos más valientes, es que no sabemos ser cobardes, como tú nos has enseñado. El arte y la vida, lo demás, importa una mierda.

Ciudadano Ubú, tomará la palabra en el próximo congreso por uno de sus portavoces, para expresar lo que piensa, lo que siente, y lo que quiere.

Ciudadano Ubú
Uno más de la corriente zanahoria


Los que quieran ayudarnos con la concentración, que nos escriban un correo

ciudadano_ubu@yahoo.es

Y gracias a todos.


martes, 26 de junio de 2007

lunes, 25 de junio de 2007

Programa VI: Poder Ciudadano

Si decimos que en España vivimos en un régimen totalitario, no faltamos a la verdad, porque como tal se define un sistema en que todos los poderes están prácticamente en los mismos. En la democracia de nuestro país, Montesquieu no se conoce, algo dijo Alfonso Guerra en su día al respecto. Vivimos en un totalitarismo político, la política es un elemento ambiental que se encuentra omnipresente en la sociedad.

El poder ejecutivo depende del legislativo, el judicial no es independiente y correlaciona en sus decisiones con interés político con el ejecutivo correspondiente en más del 80 % de las ocasiones. El “cuarto poder”, los medios de comunicación están en mayor o menor medida al servicio del gobierno correspondiente, y en su defecto, de la oposición. Hay medios de comunicación que dependen del poder político correspondiente, más que de su gestión empresarial.

Los ciudadanos estamos inermes ante la opresión a que nos someten los políticos. Se ha visto con las recientes leyes sobre el consumo, no por que no sean necesarias, sino por la forma fascista en que se han impuesto.

No hay alternativa ciudadana al poder político, el Estado controla a la Sociedad por completo, cuando por sentido común y por definición constitucional, debería ocurrir precisamente lo contrario, que la Sociedad controlara al Estado, esta es una de las mayores perversiones de la política que padecemos.

Los políticos han ocupado el nicho de las creencias, del que han desplazado a las religión, desde la teoría de las dos espadas de Occam, el poder divino y el poder humano se habían configurado como contrapoderes en equilibrio. Al desvanecerse las creencias religiosas, su poder se debilita, y deja paso a un poder civil hegemónico, que no es realmente un poder civil, ojalá fuera así, sino un poder estatal representado en el gobierno de turno.

Dos ejemplos se pueden observar la enseñanza del castellano en Cataluña, la enseñanza de la religión en España, no son posibles, porque solo interesa un sistema educativo políticamente coherente con los valores al uso del gobierno de turno. Se asiste en la educación a la implantación de valores determinados, desde perspectivas concretas, en detrimento y contraposición de los demás valores existentes, ¿puede haber mayor prueba de totalitarismo?.

Los ciudadanos debemos responder ante esta intromisión del Estado en nuestras vidas privadas, porque estas acciones atentan contra nuestra libertad. La sociedad debe organizarse, estructurarse políticamente, y presentar batalla contra lo que viene, no solo a nivel de nuestro país, sino también en relación con el proceso de globalización que estamos viviendo, o estaremos condenados a la esclavitud política de los nuevos amos.

Los ciudadanos debemos recuperar el poder que nos han arrebatado los políticos La inmensa mayoría de la población tiene los mismos intereses, y los partidos políticos se encargan de fragmentarlo, para que quede bien oculto el propósito común y poder seguir actuando exclusivamente según su criterio, sin responder a las auténticas necesidades de sus representados.

Es hora de que los Ciudadanos se representen a sí mismos, en relación a sus propios intereses y erradiquen a los intermediarios del proceso político. Es la hora de ejercer la libertad, que consiste en elegir, no solo entre las alternativas que nos ofrecen, sino en las que los ciudadanos necesitamos y deseamos, y si todavía no existen habrá que crearlas.

La decisión última sobre el camino que debe seguir nuestra sociedad debe depender en última instancia de los ciudadanos, y cada día debe ser menos mediado este proceso por los políticos.

Los ciudadanos debemos pasar a la acción, tomando conciencia de la realidad y buscando las soluciones para nuestros auténticos problemas, y no los que nos presentan los políticos que son precisamente los que le interesan que veamos. Esto debe hacerse de forma democrática, promoviendo la participación de los ciudadanos en la política, y este proceso debe guiarse por la síntesis necesaria entre libertades individuales e igualdad colectiva, de forma equilibrada e inteligente, en un modelo posibilista y justo.

El “quinto poder” es el económico, pues “el sexto” debe ser Ciudadano, por la cuenta que nos tiene. Si el poder solo se puede concebir desde una forma totalitaria, (ojalá algún día deje de ser así), vayamos hacia un totalitarismo ciudadano, esa es la esencia de la democracia, un poder de todos, antes que el poder en manos de algunos para que hagan lo que les parezca, y nadie puede decirles nada.

Ciudadano Ubú
Uno más de la corriente zanahoria

domingo, 24 de junio de 2007

Rosebud


No solo hay que ser padre fundador para sentir a Ciutadans como un hijo, no importa si estáis de acuerdo o no con lo que diga a continuación, pero sí que lo leais como auténticos ciudadanos; queridos compañeros, quiero que seáis muy conscientes de la encrucijada a la que vamos a enfrentarnos en el próximo congreso de nuestro partido: a la extinción de una forma de vida política, por eso es importante que dediquéis unos minutos de atención a estas palabras, aunque sólo sea por interés ecológico.

Hay muchas formas de relatar las cosas que nos van ocurriendo en la vida; en la política, la que más se utiliza es la de pensar con detenimiento las cosas que se dicen o se van a decir, con esa prudencia maquiavélica e hipócrita que caracteriza a los representantes democráticos elegidos por el pueblo cada cuatro años en las urnas. Tanta prudencia para decir las cosas, mientras que luego hacen siempre lo que les da la gana, en absoluto silencio.

Yo no soy político, ni quiero serlo, soy ciudadano, así que me importan menos las formas diplomáticas, que los contenidos a los que se refieren. Por eso voy a expresarme en claro lenguaje ciudadano diciendo lo que realmente pienso.

Ciutadans, es algo que comenzó siendo un sueño y se ha terminado convirtiendo en una auténtica pesadilla, porque ha perdido toda la magia que contenía al principio; nuestro Harry Potter particular, Albert Rivera, se ha quedado sin los poderes conferidos por los intelectuales y la ilusión de sus representados, se ha agotado demasiado deprisa, no creo que sea un buen mago, pero seguro que será un buen político. Su declinar y el de los suyos, se ha visto claro en las pasadas elecciones municipales.

En la política hay dos bandos bien definidos: los que creemos en la magia de que es posible cambiar la realidad social poniendo lo mejor de cada uno, y la de aquellos que viven de nuestras creencias, como por ejemplo, los políticos.

Así somos de ingenuos los humanos, esta sociedad nos ahorma a los intereses de los que detentan el poder en su propio beneficio.
Pero volviendo a nuestra historia particular, nos vamos a jugar mucho el próximo domingo, la pérdida de una alternativa que haga frente a la política tradicional de los partidos convencionales, de la que ya estamos absolutamente hartos muchos, como bien indica la abstención electoral.

Y aquí estamos, a una semana del congreso, con dos alternativas bien establecidas, una representada por Albert Rivera y su gente, que han demostrado que su único interés es utilizar este partido en su propio beneficio, como una plataforma para completar sus ambiciones personales, y por otra parte, todos los demás.

¿Y quiénes somos los demás?. Pues los demás somos los soñadores, los que queremos cambiar la realidad, los que creemos en la democracia, los que respetamos la justicia, los que trabajamos todos los días por algo que nunca nos pagarán, los que sonreímos cuando nos preguntan que anhelamos, los que nos cabreamos cuando vemos una injusticia, los que nos avergonzamos de lo que ocurre.

Los que sabemos que Ciutadans no pertenece a los políticos, sino a todos los ciudadanos, los que están en el partido y los que todavía no están, y los que no vamos a permitir que aspirantes a profesionales de la política nos desplacen y expulsen de este territorio que es nuestro, y que tanto nos ha costado conquistar.

Por que Ciutadans debe ser diferente a los demás partidos políticos, no sólo por sus formas o contenidos, sino por sus objetivos: solo nos importan las personas. Somos una nueva especie en la política española, y es una pena, pero estamos a punto de extinguirnos.

Ciutadans debe ser transparente, debe tratar de ser fiel a lo que realmente propone, cumplir con sus promesas y su palabra. No hay que engañar a los ciudadanos para conseguir objetivos, y no debemos pagar el precio de la perversión de nuestras ideas o la corrupción de nuestros hechos, para llegar a la meta. Por muy necesarias que sean las cosas, no se pueden conseguir a cualquier precio.

Los actuales dirigentes de Ciutadans han demostrado que no están a la altura de lo que les requerimos, por lo que deben dejar paso a otros que lo intenten con otras formas, otros modos, otro talante y otro talento.
El día 1 de julio de 2007, debemos averiguar que es realmente Rosebud (Ciutadans), o al menos, si es el principio del futuro, o el final del pasado.
Ciuadadano Ubú
Uno más de la corriente zanahoria

Programa V: Sin libertad no hay futuro


Los límites de la libertad deben ser la justicia y la democracia; la justicia, para delimitar el ámbito de lo posible, la democracia, para que ese ámbito sea accesible a todo el mundo por igual. Los valores, al igual que las creencias, deben quedar fuera de la definición de la libertad, aunque sea la misma defensa de los valores occidentales.
La libertad es un concepto positivo, no debe definirse desde lo que no es, sino desde lo que es. Es la ausencia de libertad, el concepto negativo el que debe excluirse. La libertad es siempre individual, y solo el agregado de todas las libertades individuales da lugar a la libertad colectiva, y también al ámbito de la libertad que debe ser delimitado por la justicia. No se puede delimitar la libertad desde un punto de partida colectivo, sino individual.

Sin libertad, no es posible la democracia, ni la justicia, nuestro ideario debe asumir este concepto como inicial y prioritario. La lucha contra los dogmatismos es imprescindible en un mundo occidental que se hace más indeterminado en sus valores, a medida que otras alternativas se determinan cada vez más hacia el fanatismo.

La libertad debe ser algo parecido a un clima, un medio ambiente que permita el desarrollo sostenible de la democracia y la justicia. El ámbito de mi libertad llega hasta el máximo de libertad posible del ciudadano que sea y se sienta más libre en la sociedad en la que vivo, y la defensa de la libertad, debe hacerse en complicidad con los ciudadanos que sean o se sientan menos libres, (que es donde concluye el ámbito de mi libertad, en los más oprimidos).

Siempre que no hayan vulnerado o vulneren los criterios de la justicia o la democracia, es necesario elevar el nivel de libertad de nuestra sociedad hasta el máximo posible. El terrorismo, por ejemplo, no forma parte de la libertad, sino de la opresión, porque atenta contra la democracia y la justicia en la que viven la inmensa mayoría.
Los nacionalismos y otros sectarismos, hacen algo similar, imponer sus respectivos valores en la sociedad, utilizando la democracia para su propósito inicial, con el único límite de la justicia. Son arcaicos y feudales e impiden el progreso en nuestra sociedad.

Ambos comparten la imposición de un sistema de creencias y valores dogmático, contra la decisión relativa y compartida de la inmensa mayoría de ciudadanos. La libertad, es el antídoto de los delirios de los iluminados, que buscan la trascendencia de sus pretensiones contra democracia, razón y sentido común, imponiendo sus creencias a los demás contra su voluntad

Ciudadano Ubú
Uno más de la corriente zanahoria